Mi suegra, una señora de 75 años, acaba de abrir su cuenta de Facebook. Lo hizo, aconsejada por sus hijos, con el fin de “conectarse “ con sus nietos adolescentes, varios de los cuales viven en otro país. No he tenido el corazón de decirle ni a mi suegra, ni a mis cuñados, que sus nietos e hijos ya no están ahí. Aunque parece que estuvieran ahí, de vez en cuando los vemos publicar fotografías y comentarios. Pero todo hace parte de una estrategia de engaño. Así mantienen tranquilos a sus padres, evitan el espionaje familiar y continúan con su vida en sus nuevos sitios preferidos
Los adultos nos tiramos Facebook
Mi timeline de Facebook por estos días está absolutamente dominado por la situación de Venezuela, la revocatoria de Petro y el activismo antiuribista. Temas bacanísimos todos, pero poco interesantes para la población mas joven. ¿Recuerda cual fué la razón para abrir su cuenta de Facebook? Seguro era para conectarse con sus amigos y familiares y ver fotos de eventos y encuentros en los que no pudo estar. Cada vez hay menos de esa actividad en Facebook. Sucede que quienes producían el contenido, nuestros hijos y familiares mas jóvenes, salieron corriendo de Facebook, cuando se dieron cuenta que los adultos estábamos allí tratando de “conectarnos” con ellos.
No insista, sus hijos no quieren ser su amigo en las redes sociales
Aprendieron su lección con Facebook. Le van a dar conventillo por allí, pero eso sucede porque ya no están ahí. Acéptelo, ud. posiblemente está en Facebook porque quería enterarse de lo que sus hijos compartían, y ojalá protegerlos de compartir algo comprometedor. Y tal vez crea que tiene algún control sobre lo que sus hijos comparten en las redes sociales. Pero ud. no tiene ni idea. Ellos salieron despavoridos de Facebook el día que pusieron una foto de una fiesta y ud. les comentó ¡“divinos mis chiquis”!
Si detecta alguna actividad que le cause preocupación, resuélvala directamente conversando con sus hijos. Su aparición en el mundo online es considerada una intrusión grave. Sus hijos ahora se comunican por mensajes de texto. A menos de que se trate de una emergencia, manténgase aislado de esa conversación, también.
Respete la privacidad de sus hijos
Las redes sociales son el equivalente a los diarios de otra época. Lo que está allí escrito es completamente privado. Desde luego que ud. como padre podría tener acceso a esa información, crítica para su labor como padre responsable. Que pueda acceder a esa información no quiere decir que deba hacerlo.
Instalarle un GPS a sus hijos, y seguirlos paso a paso, tampoco es una gran proposición. Si descubren que lo está haciendo, sin su consentimiento, la solución será apagar el teléfono y perderá también el último modo e contacto disponible, la llamada telefónica. Créame que nada reemplaza a la confianza. Hable con sus hijos y confíe en que ellos harán lo correcto. Si lo descubren espiando, no tendrá como apalancar después un discurso acerca de la privacidad.
No hay ninguna tecnología que reemplace la comunicación abierta, sincera y directa con sus hijos. Espiarlos en una proposición perdedora, lo único que logra es que ellos busquen un nuevo lugar para interactuar, en donde ud. no esté. Haber usado a Facebook como vehículo para espiar en los mas jóvenes fue la muerte de esta red social. Si es como Samir, y cree que Facebook no ha muerto, revise nuevamente las estadísticas. La evidencia lo demuestra. Los mas jóvenes abandonaron Facebook y nos dejaron hablando de temas aburridísimos.